Quinagolida

Acción terapéutica.

Agonista de los receptores dopaminérgicos, inhibidor de la secreción de prolactina.

Propiedades.

La quinagolida es un agonista selectivo de los receptores D2 dopaminérgicos, que no deriva del cornezuelo de centeno o de la ergolina. Debido a su acción dopaminérgica, posee un fuerte efecto inhibidor sobre la secreción de prolactina, hormona del lóbulo anterior de la hipófisis, pero no reduce los niveles de otras hormonas hipofisarias. El tratamiento a largo plazo con quinagolida reduce el tamaño o limita el crecimiento de macroadenomas hipofisarios secretores de prolactina. La quinagolida, luego de su administración por vía oral, se absorbe rápido y casi completamente por el tracto gastrointestinal; se metaboliza extensamente durante su primer pasaje hepático y se une a las proteínas plasmáticas en un 90% aproximadamente. La concentración de prolactina disminuye en el plazo de 2 horas después de la ingesta de quinagolida, alcanzando un máximo en 4-6 horas y manteniéndose en esa concentración aproximadamente durante 24 horas. Se puede establecer una relación dosis-respuesta definida por lo que se refiere a la duración, pero no a la magnitud del efecto reductor de prolactina, que se acercó al máximo con una dosis oral única de 50mg. La administración de dosis más altas no provoca un efecto considerablemente mayor, pero prolonga su duración. Aproximadamente el 95% de la quinagolida se excreta en forma de metabolitos en las heces y la orina. Los metabolitos principales en sangre son los análogos N-desetilo y N,N-bidesetilo; estos dos compuestos poseen una actividad biológica cualitativamente similar a la de la droga nativa. Los metabolitos encontrados en orina y en heces son principalmente los quinagolida y sus análogos conjugados con ácido glucurónico y sulfato.

Indicaciones.

Hiperprolactinemia idiopática o derivada de un microadenoma o macroadenoma hipofisario secretor de prolactina, asociada a sus manifestaciones clínicas, como galactorrea, oligomenorrea, amenorrea, infertilidad y reducción de la libido.

Dosificación.

Dosis inicial: vía oral, 25mg durante los primeros 3 días, seguidos de 50mg al día los siguientes 3 días. A partir del séptimo día la dosis recomendada es de 75mg/día. En caso necesario, la dosis diaria podrá luego ser aumentada gradualmente a intervalos de una semana como mínimo, hasta que se alcance la respuesta individual óptima. Dosis de mantenimiento: 75 a 150mg/día. La dosis óptima debe titularse individualmente, basándose en el efecto reductor de prolactina y en la tolerabilidad. Se recomienda administrar una vez al día, antes de acostarse.

Reacciones adversas.

Se producen principalmente durante los primeros días de tratamiento e incluyen náusea, vómito, cefalea, mareo y fatiga. Tanto el mareo como los vómitos podrían tratarse con la administración de un agonista dopaminérgico periférico como la domperidona, durante algunos días, una hora como mínimo antes de la administración de quinagolida. Otros efectos secundarios menos frecuentes son anorexia, dolor abdominal, estreñimiento o diarrea, insomnio, congestión nasal, e hipotensión. En raras ocasiones, la hipotensión ortostática puede provocar síncope, por lo que se recomienda controlar la presión arterial durante los primeros días de terapia. En algunos casos aislados, el tratamiento con quinagolida ha sido asociado con la aparición de psicosis aguda, reversible al interrumpir la terapia con esta droga.

Precauciones y advertencias.

Se recomienda administrar con precaución a pacientes con historia de patologías psicóticas. Puesto que ocasionalmente pueden ocurrir reacciones hipotensivas, especialmente durante los primeros días de tratamiento, lo que puede provocar una disminución del estado de alerta, se aconseja a los pacientes que deberán ser prudentes en el manejo de vehículos o maquinaria. La fertilidad, en mujeres no fértiles, se puede restablecer por la administración de quinagolida; sin embargo, a las mujeres que no deseen concebir se les deberá recomendar que recurran a las medidas contraceptivas adecuadas. En pacientes que deseen concebir se deberá interrumpir el tratamiento con quinagolida cuando se confirme el embarazo, a menos que haya alguna razón médica para continuar la terapia. No se ha observado ningún aumento de la incidencia de los abortos a raíz de la interrupción de la terapia en ese estadio. Debido a su efecto inhibidor sobre la secreción de prolactina, la quinagolida suele suprimir la lactación. Si a pesar del tratamiento persiste la galactorrea no se recomienda la lactación, pues se desconoce si la quinagolida pasa a la leche materna. Para aquellos pacientes con síntomas de aumento del tamaño tumoral, como deterioro del campo visual o cefaleas, se recomienda reinstaurar el tratamiento con quinagolida o considerar una posible intervención quirúrgica.

Interacciones.

Hasta el momento no se han registrado.

Contraindicaciones.

Pacientes con insuficiencia hepática o renal e hipersensibilidad a esta droga.

Sobredosificación.

Los posibles síntomas de intoxicación con quinagolida incluyen náuseas, vómitos, cefalea, mareo, somnolencia, hipotensión y colapso; también podrían presentarse alucinaciones. Se recomienda aplicar un tratamiento sintomático, administrando metoclopramida para la emesis.

Principios activos que interaccionan con Quinagolida

Medicamentos que contienen Quinagolida