CELESTONE® SOLUSPAN®

MSD

Denominación genérica: Betametasona.
Forma farmacéutica y formulación: Inyectable. Para administración intramuscular, intraarticular, periarticular, intrabursal, intradérmica e intralesional. Acetato de betametasona equivalente a 2,71 mg de betametasona, fosfato sódico de betametasona equivalente a 3,00 mg de betametasona. Vehículo cbp 1,00 ml.
Indicaciones terapéuticas: CELESTONE® SOLUSPAN® Inyectable se recomienda en el tratamiento de enfermedades graves y moderadas, en el tratamiento de enfermedades agudas y crónicas autolimitantes que responden a la corticoterapia sistémica, y es especialmente útil en pacientes para quienes no es factible el tratamiento con el medicamento corticosteroide oral. El tratamiento con hormona corticosteroide es un coadyuvante y no reemplaza la terapéutica convencional. Las vías de administración recomendadas son: administración por vía intramuscular en padecimientos alérgicos, dermatológicos, reumáticos y de otros tipos, que responden a los corticosteroides sistémicos, entre ellas bursitis. Administración directa en los tejidos blandos afectados, en bursitis y enfermedades inflamatorias de los tendones, como tenosinovitis y en enfermedades inflamatorias musculares, como fibrositis y miositis. Administración por vía intra y periarticular en artritis reumatoide y osteoartritis. Inyecciones intralesionales en diversos padecimientos dermatológicos, y administración por vía local en ciertos trastornos inflamatorios del pie. Padecimientos reumáticos: osteoartritis postraumática, sinovitis osteoartrítica, artritis reumatoide, bursitis aguda y subaguda, epicondilitis, tenosinovitis inespecífica aguda, miositis, fibrositis, tendinitis, artritis gotosa, artritis psoriásica, lumbalgia, lumbago, ciática, coccigodinia, tortícolis y ganglión. Enfermedades de la colágena: lupus eritematoso sistémico, escleroderma y dermatomiositis. Padecimientos alérgicos: estado asmático, asma bronquial crónica, rinitis alérgica estacional o perenne, bronquitis alérgica severa, dermatitis por contacto, dermatitis atópica, reacciones de hipersensibilidad a los medicamentos y picaduras de insectos. Padecimientos dermatológicos: lesiones localizadas, infiltradas, hipertróficas del liquen plano, placas psoriásicas, granuloma anular y neurodermatitis (liquen simple crónico), queloides, lupus discoide, necrobiosis lipoide de la diabetes, alopecia areata. Padecimientos de los pies: bursitis nodular, tenosinovitis aquílea; tenosinovitis del hallux rigidus y del quinto dedo varo; quiste sinovial; tenosinovitis; periostitis del cuboides; artritis gotosa; metatarsalgia. Uso antes del parto para prevención del síndrome de insuficiencia respiratoria en neonatos prematuros: cuando se considera necesario inducir el parto antes de la 32ª semana de gestación o cuando el parto es prematuro antes de la 32ª semana de gestación debido a complicación obstétrica, se recomienda inyectar 2 ml (12 mg) de CELESTONE® SOLUSPAN® Inyectable por vía intramuscular por lo menos 24 horas antes del tiempo esperado del parto. Una segunda dosis (2 ml) debe administrarse 24 horas más tarde a menos que hubiese ocurrido el parto. CELESTONE® SOLUSPAN® Inyectable también debe considerarse para el tratamiento profiláctico si se sabe que el feto presenta una proporción baja de lecitina/esfingomielina en el líquido amniótico. Se recomienda utilizar el mismo esquema terapéutico que se describió para el uso antes del parto en la prevención del síndrome de dificultad respiratoria en el neonato prematuro. Los corticosteroides no están indicados en el tratamiento del síndrome de membranas hialinas después del nacimiento. Enfermedades neoplásicas: para el tratamiento paliativo de leucemias y linfomas en adultos; leucemia aguda en niños.
Farmacocinética y farmacodinamia: CELESTONE® SOLUSPAN® Inyectable es una combinación de ésteres de betametasona solubles y poco solubles que proporciona efectos antiinflamatorios, antirreumáticos y antialérgicos en el tratamiento de padecimientos que responden a corticosteroides. La actividad terapéutica rápida se obtiene por el fosfato sódico de betametasona, que se absorbe rápidamente después de la administración. La actividad prolongada la proporciona el acetato de betametasona que es poco soluble y que funciona como depósito para la absorción lenta, controlando así los síntomas durante un período prolongado. Los glucocorticosteroides, como betametasona, producen efectos metabólicos profundos y variados y modifican la respuesta inmune humoral ante diversos estímulos. La betametasona presenta gran actividad glucocorticosteroide y leve actividad mineralocorticosteroide.
Contraindicaciones: CELESTONE® SOLUSPAN® Inyectable está contraindicado en pacientes con micosis sistémicas, en los que presentan reacciones de hipersensibilidad al fosfato sódico de betametasona, al acetato de betametasona, a otros corticosteroides o a cualquier componente de este producto.
Precauciones generales: CELESTONE® SOLUSPAN® Inyectable no es para uso intravenoso o subcutáneo. Es obligatorio usar técnica estrictamente aséptica durante la administración de CELESTONE® SOLUSPAN®. CELESTONE® SOLUSPAN® Inyectable contiene dos ésteres de betametasona, uno de los cuales, el fosfato sódico de betametasona, desaparece rápidamente del sitio de administración. Debe considerarse la posibilidad de causar efectos sistémicos de esta porción soluble de CELESTONE® SOLUSPAN® Inyectable. Como aún no se aclara la utilidad del uso de corticosteroides profilácticos después de la 32ª semana de gestación, debe considerarse la relación entre riesgos y beneficios para la madre y el producto cuando se utilicen corticosteroides después de este período de la gestación. Los corticosteroides no están indicados en el tratamiento del síndrome de membranas hialinas después del nacimiento y no deben administrarse a pacientes embarazadas con síntomas de preeclampsia, eclampsia o evidencia de daño placentario. CELESTONE® SOLUSPAN® Inyectable debe administrarse por vía intramuscular con precaución en pacientes con púrpura trombocitopénica idiopática. La administración intramuscular de corticosteroides debe realizarse profundamente para evitar la atrofia tisular local. La administración intraarticular e intralesional, en tejidos blandos, de un corticosteroide puede causar efectos sistémicos así como locales. Es necesario examinar el líquido articular para excluir un proceso séptico. Debe evitarse la administración por vía local en una articulación previamente infectada. Un aumento del dolor y la tumefacción local con restricción del movimiento de la articulación, fiebre y malestar sugieren una artritis séptica. Si se confirma el diagnóstico de infección se debe instituir el tratamiento antimicrobiano apropiado. Los corticosteroides no deben inyectarse en articulaciones inestables, áreas infectadas o espacios intervertebrales. Las inyecciones repetidas dentro de las articulaciones con osteoartritis pueden aumentar la destrucción de la articulación. Evitar la administración de corticosteroides directamente en el tejido de los tendones porque se ha reportado ruptura tendinosa tardía. Después de la administración intraarticular de corticosteroides, el paciente debe tener cuidado de no usar excesivamente la articulación en que se ha obtenido el beneficio sintomático. Debido a que se han reportado casos raros de reacciones anafilácticas en pacientes que han recibido tratamiento corticosteroide parenteral, deben tomarse las precauciones necesarias antes de la administración, especialmente cuando el paciente tiene una historia de alergia a cualquier medicamento. Con el tratamiento crónico de corticosteroides, debe considerarse la transferencia de la administración parenteral a la oral después de evaluar los beneficios y riesgos potenciales. Puede ser necesario ajustar la dosis en presencia de remisión o exacerbación de la patología ante la respuesta individual del paciente al tratamiento y ante la exposición del paciente a estrés emocional o físico, como en el caso de infección grave, cirugía o traumatismos. Puede ser necesario mantener la vigilancia hasta durante un año después de suspender el tratamiento corticosteroide a largo plazo o con dosis altas. Los corticosteroides pueden enmascarar algunos signos de infección pudiendo desarrollarse nuevas infecciones durante su uso. Cuando se usan corticosteroides, puede ocurrir una reducción de la resistencia e incapacidad para localizar la infección. El uso prolongado de corticosteroides puede causar cataratas subcapsulares posteriores (especialmente en niños) y glaucoma con posible lesión de los nervios ópticos, puede favorecer también las infecciones oculares secundarias causadas por hongos o virus. Las dosis normales y altas de corticosteroides pueden aumentar la presión arterial, la retención de sal y agua y la excreción de potasio. Es menos probable que estos efectos ocurran con los derivados sintéticos, excepto cuando se usan a dosis altas. Puede considerarse la restricción dietética de sal y la administración de suplementos de potasio. Todos los corticosteroides aumentan la excreción de calcio. Los pacientes que estén recibiendo tratamiento corticosteroide no deben vacunarse contra la viruela. No debe inmunizarse a pacientes que reciben corticosteroides, especialmente a dosis altas, debido a los posibles peligros de complicaciones neurológicas y deterioro de la respuesta inmune humoral. Sin embargo, se puede inmunizar a pacientes que reciben corticosteroides como tratamiento de reemplazo, por ejemplo en el caso de la enfermedad de Addison. Se debe advertir a los pacientes que reciben dosis inmunosupresoras de corticosteroides que eviten la exposición a la varicela o al sarampión y, en caso positivo, que consulten a un médico. Esto tiene importancia especial en los niños. El tratamiento corticosteroide en pacientes con tuberculosis activa debe restringirse a los casos de tuberculosis diseminada en que el corticosteroide se utiliza para el tratamiento junto con un esquema antituberculoso apropiado. Si los corticosteroides están indicados en pacientes con tuberculosis latente o reacción positiva a la tuberculina, es necesario observarlos estrechamente ya que puede ocurrir reactivación de la enfermedad. Durante el tratamiento corticosteroide prolongado, los pacientes deben recibir quimioprofilaxis. Si se usa rifampicina en un esquema de profilaxis, debe tomarse en cuenta el aumento de la depuración hepática de los corticosteroides; puede ser necesario ajustar la dosis de éste. Debe usarse la dosis más baja posible de corticosteroide para controlar el padecimiento que se esté tratando; cuando sea posible reducir la dosis, debe ser gradualmente. La suspensión demasiado rápida de corticosteroides puede inducir insuficiencia suprarrenal secundaria; este riesgo puede reducirse al mínimo mediante la disminución paulatina de la dosis. Esta insuficiencia puede persistir durante meses después de suspenderse el tratamiento; por consiguiente, si ocurriese algún fenómeno precipitante de estrés durante ese período, deberá reinstituirse la corticoterapia. Si el paciente ya está recibiendo corticosteroides, puede ser necesario aumentar la dosis. Como puede estar afectada la secreción de mineralocorticoides, debe administrarse sal y/o un mineralocorticosteroide concomitantemente. El efecto corticosteroide aumenta en pacientes con hipotiroidismo o con cirrosis. Se sugiere precaución en el uso de corticosteroides en pacientes con herpes simple ocular debido a la posibilidad de perforación corneal. Con la corticoterapia pueden desarrollarse padecimientos psiquiátricos. Se puede agravar la inestabilidad emocional o las tendencias psicóticas preexistentes. Los corticosteroides deben utilizarse con precaución en: colitis ulcerativa inespecífica, si existe probabilidad de perforación inminente, absceso u otra infección piógena; diverticulitis; anastomosis intestinales recientes; úlcera péptica activa o latente; insuficiencia renal; hipertensión; osteoporosis y miastenia grave. Como las complicaciones del tratamiento con glucocorticosteroides dependen del tamaño de la dosis, y la duración del tratamiento, se deben considerar los riesgos y beneficios en el caso individual de cada paciente. Como la administración de corticosteroides puede alterar las tasas de crecimiento por inhibición de la producción endógena de corticosteroides en lactantes y niños, se deben vigilar cuidadosamente, el crecimiento y desarrollo de los pacientes que reciben tratamiento prolongado. Los corticosteroides pueden alterar la motilidad y número de espermatozoides en algunos pacientes.
Restricciones de uso durante el embarazo y la lactancia: Como no se han realizado estudios controlados de reproducción en el ser humano usando corticosteroides, el uso de estos fármacos durante el embarazo o en pacientes en edad gestacional requiere que los beneficios posibles del medicamento se consideren en función de los riesgos potenciales para la madre y el producto. En los datos hasta ahora publicados, aún no está claro el uso profiláctico de corticosteroides después de la 32ª semana de gestación. Por lo tanto, el médico debe considerar los beneficios con los peligros potenciales para la madre y el producto cuando usen corticosteroides después de este período. Los corticosteroides no están indicados en el tratamiento del síndrome de membrana hialina después del nacimiento. En el tratamiento profiláctico del síndrome de membrana hialina en neonatos prematuros, no debe administrarse terapia a base de corticosteroides a pacientes embarazadas que presenten síntomas de preeclampsia, eclampsia o evidencia de daño placentario. Los lactantes nacidos de madres que recibieron dosis altas de corticosteroides durante el embarazo deben observarse cuidadosamente por signos de insuficiencia suprarrenal. Se ha reportado que cuando la madre recibió betametasona en el período prenatal, los neonatos presentaron disminución transitoria de la hormona de crecimiento fetal y probablemente de las hormonas hipofisiarias que regulan la producción de corticosteroides en las glándulas suprarrenales fetales. Sin embargo, la disminución de la hidrocortisona fetal no interfirió con la respuesta hipófisis-suprarrenal por estrés después del nacimiento. Los corticosteroides cruzan la barrera placentaria y aparecen en la leche materna. Debido a que los corticosteroides cruzan la barrera placentaria, los neonatos y lactantes menores de madres que recibieron dosis de corticosteroides durante alguna época del embarazo actual o anterior, deben examinarse en búsqueda de cataratas congénitas; esta alteración, aunque muy rara, es posible. Las pacientes que han recibido corticosteroides durante el embarazo deben vigilarse durante y después del trabajo de parto por cualquier síntoma de insuficiencia suprarrenal secundaria al estrés asociado con el parto. CELESTONE® SOLUSPAN® Inyectable puede causar efectos adversos indeseables en lactantes, por lo que se debe evaluar la suspensión de la lactancia o la administración del medicamento, tomando en consideración la importancia de éste para la madre.
Reacciones secundarias y adversas: Los efectos adversos a CELESTONE® SOLUSPAN® Inyectable, son los mismos reportados para otros corticosteroides, y se relacionan con la dosis y la duración del tratamiento. Normalmente estos efectos pueden revertirse o reducirse al mínimo disminuyendo la dosis, lo que generalmente es preferible a la suspensión del tratamiento. Trastornos de líquidos y electrólitos: retención de sodio, pérdida de potasio, alcalosis hipocaliémica; retención de líquidos; insuficiencia cardíaca congestiva en pacientes sensibles; hipertensión arterial. Osteomusculares: debilidad muscular, miopatía por corticosteroides, hipotrofia muscular, progresión de los síntomas miasténicos en miastenia gravis, osteoporosis, fracturas vertebrales por compresión, necrosis avascular de cabezas femorales y humerales, fractura patológica de huesos largos, ruptura tendinosa, inestabilidad de la articulación (por administración intraarticular repetida). Gastrointestinales: hipo, úlcera péptica con posibilidad de perforación subsecuente y hemorragia, pancreatitis, distensión abdominal, esofagitis ulcerativa. Dermatológicas: trastornos de la cicatrización de heridas; atrofia cutánea; piel frágil fina; petequias y equimosis; eritema facial; diaforesis; depresión de la reacción a las pruebas cutáneas; reacciones como dermatitis alérgica, urticaria, edema angioneurótico. Neurológicas: crisis convulsivas, aumento de la presión intracraneal con edema de papila (pseudotumor cerebral) generalmente posterior al tratamiento, vértigo, cefalea. Endócrinas: irregularidades menstruales; síndrome de Cushing; disminución del crecimiento intrauterino o durante la niñez; falta de respuesta suprarrenal y pituitaria secundaria, particularmente en episodios de estrés, como en casos de traumatismos, cirugía o enfermedad; disminución de la tolerancia a los carbohidratos, síntomas de diabetes mellitus, aumento de las necesidades de insulina o de hipoglucemiantes orales en pacientes diabéticos. Oftálmicas: cataratas subcapsulares posteriores; aumento de la presión intraocular, glaucoma; exoftalmos. Metabólicas: balance nitrogenado negativo debido a catabolismo proteico. Psiquiátricas: euforia, cambios del estado de ánimo o talante; depresión mayor con o sin manifestaciones francamente psicóticas; cambios en la personalidad; insomnio. Otras: reacciones anafilácticas o de hipersensibilidad así como hipotensión similar al choque. Otras reacciones adversas relacionadas con el tratamiento corticosteroide parenteral incluyen casos raros de amaurosis asociados con tratamiento intralesional alrededor de la cara y cabeza, hiperpigmentación o hipopigmentación, atrofia subcutánea y cutánea, abscesos estériles, inflamación local después de la administración intraarticular y artropatía de tipo Charcot.
Interacciones medicamentosas y de otro género: El uso concurrente de fenobarbital, fenitoína, rifampicina o efedrina puede aumentar el metabolismo de corticosteroides, disminuyendo su efecto terapéutico. Los pacientes que reciben corticosteroides y estrógenos deben ser evaluados para determinar la presencia de exceso de efectos corticosteroides. El uso concurrente de corticosteroides con diuréticos que eliminan potasio puede aumentar la hipocaliemia. El uso concurrente de corticosteroides con glucósidos cardíacos puede aumentar la posibilidad de arritmias o toxicidad por digital asociada con hipocaliemia. Los corticosteroides pueden aumentar la eliminación de potasio que produce la anfotericina B. A todos los pacientes que se les administre cualquiera de estas combinaciones terapéuticas, se les debe realizar determinaciones de electrólitos séricos, especialmente las concentraciones de potasio. El uso concurrente de corticosteroides con anticoagulantes cumarínicos puede aumentar o disminuir los efectos de los segundos; posiblemente se necesite un ajuste del esquema terapéutico. Los efectos combinados de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos o de alcohol con glucocorticosteroides puede aumentar la ocurrencia o gravedad de las úlceras gastrointestinales. Los corticosteroides pueden reducir las concentraciones sanguíneas de salicilato. El ácido acetilsalicílico debe utilizarse con precaución cuando se administra con corticosteroides en casos de hipoprotrombinemia. Cuando se administran corticosteroides a pacientes diabéticos puede ser necesario ajustar la dosis del hipoglucemiante. El tratamiento concomitante con glucocorticosteroides puede inhibir la respuesta a la somatotropina.
Alteraciones en los resultados de pruebas de laboratorio: Los corticosteroides pueden afectar la prueba de tetrazolio nitroazul para infección bacteriana y dar resultados falsos negativos.
Precauciones en relación con efectos de carcinogénesis, mutagénesis, teratogénesis y sobre la fertilidad: No se han reportado.
Dosis y vía de administración: Las dosis son variables y deben individualizarse en base a la enfermedad específica, su gravedad y la respuesta del paciente. Administración sistémica: el tratamiento de padecimientos que necesitan de los efectos corticosteroides sistémicos puede obtenerse mediante la administración intramuscular de CELESTONE® SOLUSPAN® Inyectable. Su efecto rápido y prolongado es útil para iniciar el tratamiento en padecimientos agudos en los que el control de la inflamación se debe obtener rápidamente y mantenerse. La acción de depósito del medicamento ayuda a la prevención de las exacerbaciones debidas a un mantenimiento inconstante de los efectos corticosteroides. El tratamiento se inicia con una administración por vía intramuscular de 1 ml de CELESTONE® SOLUSPAN® Inyectable para la mayoría de las padecimientos, y se repite semanalmente o con mayor frecuencia, si es necesario. En las enfermedades menos graves, generalmente son suficientes dosis menores. En las enfermedades graves, como el estado asmático o el lupus eritematoso sistémico, probablemente se necesiten 2 ml de inicio. La dosis inicial debe mantenerse o ajustarse hasta que se obtenga una respuesta clínica favorable, si después de un período razonable ésta no ocurriese, debe suspenderse el tratamiento con CELESTONE® SOLUSPAN® Inyectable e iniciar con otro esquema terapéutico apropiado. Administración local: si se desea la administración concurrente de CELESTONE® SOLUSPAN® Inyectable con un anestésico local, puede mezclarse (en la jeringa, no en el frasco) clorhidrato de lidocaína al 1 o 2%, o clorhidrato de procaína o anestésicos locales similares. Deben evitarse los anestésicos que contengan metilparabeno, propilparabeno, fenol, etc. Se retira primero del frasco ámpula la dosis necesaria de CELESTONE® SOLUSPAN® Inyectable dentro de la jeringa. A continuación se incorpora el anestésico local y se agita la jeringa brevemente. En la bursitis (subdeltoidea, subacromial y prepatelar), una administración por vía intrabursal de 1 ml alivia el dolor y restaura el arco completo de movimiento en unas pocas horas. Normalmente se necesitan varias inyecciones intrabursales a intervalos entre una a dos semanas en casos de bursitis aguda recurrente y en las exacerbaciones agudas de la bursitis crónica. En la mayoría de los casos de tendinitis, miositis, fibrositis, tenosinovitis, peritendinitis y padecimientos inflamatorios periarticulares, se recomienda administrar tres o cuatro inyecciones locales de 1 ml cada una, a intervalos de una a dos semanas. La administración debe ser en la vaina del tendón afectado más que en el tendón mismo. En los padecimientos inflamatorios periarticulares, debe infiltrarse el área de dolor. En el ganglión de cápsulas articulares, se inyectan 0,5 ml directamente dentro de la lesión. En la artritis reumatoide y la osteoartritis puede obtenerse alivio del dolor, de la sensibilidad y de la rigidez dentro de las dos a cuatro horas después de la administración por vía intraarticular. Las dosis varían de 0,25 a 2 ml de acuerdo con el tamaño de la articulación a inyectarse: articulaciones muy grandes (cadera), 1 a 2 ml; articulaciones grandes (rodilla, tobillo y hombro), 1 ml; articulaciones intermedias (codo y muñeca), 0,5 a 1 ml; y articulaciones pequeñas (manos y esternocostales), 0,25 a 0,5 ml. El alivio normalmente se mantiene durante una a cuatro semanas, o más. Utilizando la técnica estéril, con una aguja de calibre 29 a 24 en una jeringa vacía para aspiración, se inserta en la cavidad sinovial y se retiran unas pocas gotas de líquido sinovial para confirmar que la aguja se encuentra dentro de la articulación. La jeringa para aspiración se reemplaza por la que contiene CELESTONE® SOLUSPAN® Inyectable y se administra el medicamento. En el tratamiento intralesional, se administran 0,2 ml/cm2 de CELESTONE® SOLUSPAN® Inyectable por vía intradérmica (no subcutánea) usando una jeringa de insulina con una aguja de calibre 25, de 1/2 pulgada (1,27 cm). Debe tenerse cuidado de depositar un volumen uniforme del medicamento dentro de la piel. La cantidad total inyectada en todos los sitios semanalmente no debe exceder de 1 ml. CELESTONE® SOLUSPAN® Inyectable también es eficaz en el tratamiento de los padecimientos de los pies que se pueden tratar con corticosteroides. La bursitis nodular se trata con dos inyecciones sucesivas de 0,25 ml cada una. En padecimientos como el hallux rigidus (deformación en flexión del primer ortejo), quinto dedo varo (desviación hacia adentro del quinto ortejo) y artritis gotosa, el inicio del alivio puede ser rápido. Para la mayoría de las inyecciones en el pie es adecuada una jeringa de tuberculina con una aguja de calibre 25, de 1,90 cm (3/4 de pulgada). Para la mayoría de los padecimientos del pie se recomiendan dosis de 0,25 a 0,5 ml con intervalos de tres a siete días. En el caso de artritis gotosa puede ser necesario usar dosis de hasta 1 ml. Después de obtener una respuesta favorable, debe determinarse la dosis apropiada de mantenimiento reduciendo la dosis inicial en cantidades pequeñas a intervalos apropiados hasta encontrar la dosis mínima que mantenga una respuesta clínica adecuada. La exposición del paciente a situaciones de estrés no relacionadas con la enfermedad existente puede necesitar del aumento de la dosis de CELESTONE® SOLUSPAN® Inyectable. Si el medicamento se va a suspender después de tratamiento prolongado, la dosis debe reducirse gradualmente.
Manifestaciones y manejo de la sobredosificación o ingesta accidental: Síntomas: no es de esperar que una sobredosis aguda con glucocorticosteroides, incluso betametasona, dé lugar a una situación potencialmente fatal. Excepto a las dosis más extremas, es improbable que unos pocos días de administración excesiva de glucocorticosteroides causen resultados lesivos si no existen contraindicaciones específicas, como en el caso de pacientes con diabetes mellitus, glaucoma o úlcera péptica activa, o en pacientes que estén tomando medicamentos como digital, anticoagulantes cumarínicos o diuréticos que eliminan de potasio. Tratamiento: deben tratarse del modo apropiado las complicaciones secundarias a los efectos metabólicos de los corticosteroides o a los efectos propios de las enfermedades básicas o concomitantes, o las que sean el resultado de interacciones medicamentosas. Se deberá mantener una ingestión adecuada de líquidos y vigilar los electrólitos séricos y urinarios, con atención especial al equilibrio de sodio y potasio. Tratar el desequilibrio electrolítico si es necesario.
Presentación(es): Caja con jeringa prellenada y aguja desechable estéril.
Recomendaciones sobre almacenamiento: Agitar bien antes de usar. Almacenar a temperaturas de 2 a 25°C. Proteger de la luz y de la congelación.
Leyendas de protección: Literatura exclusiva para médicos. No se deje al alcance de los niños. Su venta requiere receta médica.
Nombre y domicilio del laboratorio: SCHERING-PLOUGH, S.A. de C.V., Av. 16 de Septiembre No. 301, Xochimilco, 16090, México, D.F. ®Marca registrada.
Número de registro del medicamento: 64063 SSA IV.
Clave de IPPA: JEA-27884/97

Principios Activos de Celestone Soluspan

Laboratorio que produce Celestone Soluspan

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